Una de las cosas que ha contribuido al enriquecimiento del concepto de las obras de arte ha sido en gran medida la diversidad de propuestas plásticas. Aunque el arte ha sido una expresión humana difícil de definir, siempre estará asociada a la percepción, producción y a unas determinadas necesidades espirituales.

Recuadros, seres fantasmagóricos en transición en el espacio, transparencias y chorreados son elementos que se confabulan para crear el lenguaje plástico de Edwin Caquías. Objetos cotidianos con carácter emblemático integrados en composiciones, reflejan esa búsqueda constante en el tiempo y el espacio. Imágenes que se transforman en metáforas en diversos niveles existenciales, presente y pasado conjugados en un mismo espacio, conforman su discurso temático conceptual. Es que su ensayo pictórico explora la actividad humana, el dilema existencial del paso del tiempo en el ser humano. Planteamientos con la intención de despertar los sentidos y provocar al espectador a reflexionar sobre unos puntos en particular, de manera que transite por nuevas vías interpretativas. Son imágenes que fluyen del diario vivir donde lo que acontece es determinado por lo que aconteció; en él analiza, retoma e integra la memoria como una manifestación del tiempo.

                                                                                    Edwin Caquias